14.2.12

Volcán Pacaya


La noticia es esta, según Univisión:

La erupción [iniciada ayer a eso de las 7 pm] del Pacaya, ubicado 50 km al sur de la capital y que hasta ahora ha dejado al menos un muerto, ha obligado a las autoridades a declarar el "estado de calamidad" y a evacuar a unas 1.700 personas de los poblados localizados en las faldas del coloso de 2.552 metros.



Y mi experiencia, en la ciudad de Guatemala, es esta:

El día de ayer estuvo lloviznando todo el día... Y pasó que en la noche, cuando unas visitas se estaban iendo de la casa, salimos a la calle y descubrimos que lo que creíamos era el sonido de la lluvia que se prolongaba, era en realidad el sonido de ceniza que caía del cielo!

Se imaginan? cenizas!!! cayendo del cielo!!!

Extendí la mano para corroborarlo y noté la misma sensación de gotas cayendo sobre mi piel, solo que en lugar de ser de agua, era arena seca! Arena como de playa, pero negra!

Me sentí maravillada, me encantó la anomalía!
Y Salí a sentir la arena cayendo en mi cuerpo, a sentirla crujir bajo mis pies, hermoso!

De repente, me entró una sensación de alarma y pasó por mi mente culpar de toda contingencia que podría estar pasando al daño al equilibrio ecológico que como humanidad hemos hecho, y también el de asustarme porque seguramente estaba pasando algo malo. En ese momento decidí tomarme un instante y ver si realmente a mi alrededor había un motivo de alarma. Vi que todo estaba tranquilo, había un profundo silencio si acaso interrumpido por el murmullo de la arena cayendo y de uno que otro transeúnte caminando por la calle, y no identifiqué ningún motivo de alarma.

Pregunté a quienes estaban conmigo: esto sucede seguido?, es normal?
Y me dijeron que ocurre una vez cada década, si acaso.

Decidí que por el momento no había nada que fuera estrictamente útil qué hacer, y entonces, decidí disfrutar la experiencia al máximo!

Qué sensación!!! Mi cuerpo se ampliaba, sentía una fuerza me vitalizaba con alegría. Me encantó!

Después comenzó ahora sí, a llover, y al tiempo que caía agua, caía ceniza. Decidí entrar a la casa, extendí unos recipientes en el piso de uno de los patios, vi que seguía sin haber motivo de alarma, y me fui a dormir con el sonido arruyador.

Siguió cayendo ceniza y agua durante la noche y hoy en la mañana este era el panorama:

En los patios habían unos 3 mm de arena mojada acumulada y el piso se veía básicamente negro. Mis recipientes también tenían bastante arena y agua, reuní la arena y escurrí el agua. Todavía no sé qué voy a hacer con ésta...


Aquí la vista de la calle. Bruslí explorando el entorno (otro que estaba encantado!) y yo aprestándome a barrer. Como ya la lluvia de agua y ceniza había disminuido, es recomendable retirar la arena cuanto antes, para que no tape los drenajes.

Hoy ha seguido lloviendo, y sigue cayendo ceniza, lo que significa que el volcán sigue en erupción. Me gustaría que el cielo se despejara, porque desde la casa se alcanza a ver al volcán Pacaya.

Ahora entiendo cuando dicen que los paises centroamericanos son jóvenes y que hay mucha energía; claro, están llenos de volcanes, muchos activos!

En fin, he tenido mucha suerte, porque lo he vivido con mucha alegría; ha sido toda una experiencia y he querido compartirla.

Por cierto, el cráter del volcán Pacaya se puede visitar desde muy cerquita (claro, cuando no estamos en estado de calamidad).



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